sábado, 9 de junio de 2012

Salió el 1er Cuaderno de Marcha - "26 de junio, 10 años. Huellas y voces del puente"

Salió la primera edición de los Cuadernos de Marcha. En esta oportunidad una serie de artículos producidos especialmente a diez años de la Masacre de Avellaneda del 26 de junio de 2002 dónde cayeron a manos de la represión Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. A continuación el sumario y la editorial del cuaderno "26 de junio, 10 años. Huellas y voces del puente".

Sumario
- Editorial
- Qué significaba ese odio, por qué nos mataban así
Pablo Solana
- Los símbolos de la juventud militante
Itai Hagman
- Con los pies en el barro
Andrea Sosa Alfonzo
- Nuestros muertos
Tomás Eliaschev
- Más allá de los andenes
Lucía Demateis
- San Darío del andén
Sub Coop
- Las de Mariano y Darío son historias similares
Pedro Perucca
- Darío Santillán. El militante que puso el cuerpo
- Diez miradas del 26 de junio
- Nueva etapa en el diálogo entre las organizaciones populares y el feminismo
Maria Paula García y Julia de Titto
- Una nueva forma de “hacer la América”
Federico Larsen
- Las transformaciones del movimiento piquetero
Mariano Negro
- Periodismo desde otro lugar
Ramón Raggio

Editorial
La historia sólo en apariencia es lineal. Si bien todos y cada uno de sus momentos parecen similares, convirtiéndose rutinariamente de pasado en presente y de presente en futuro, hay episodios que rompen esa uniformidad y expresan la densidad que contienen a simple vista. En nuestra historia, que es la historia de lucha de nuestro pueblo, el 26 de junio de 2002 es uno de esos momentos distintivos que abre reflexiones en múltiples dimensiones. Esta primera edición de los Cuadernos de Marcha es un intento de explorar algunas de ellas, diez años después, evitando enfoques nostálgicos o improductivos para la reflexión y la acción política de hoy, en medio de una Argentina distinta a la de aquellos tiempos.
Qué significaba ese odio, por qué nos mataban así es una crónica que recrea aquel día como sus protagonistas lo vivieron, y pone en contexto la importancia determinante de la Masacre de Avellaneda en nuestra historia política reciente. Diez miradas del 26 de juniorecupera la trascendencia de la fecha a partir de la recopilación de testimonios de distintos dirigentes sociales y políticos, periodistas, artistas y referentes de organismos de derechos humanos. Cada uno manifiesta su opinión sobre el significado de aquella represión y su trascendencia actual.      
Sólo seis meses antes, el 19 y 20 de diciembre de 2001, el pueblo argentino había alcanzado el punto máximo en su recorrido de resistencia a la aplicación de las políticas neoliberales. Veníamos de años difíciles, en los que desde distintos rincones de la patria se fueron creando los fogones y más tarde los piquetes, en las rutas desempetroladas de Mosconi o Tartagal, luego extendidos a los anillos de miseria que rodeaban las grandes ciudades desindustrializadas. Por un lado Las transformaciones del movimiento piquetero desarrolla el devenir de las organizaciones de desocupados desde esos inicios hasta la vigencia de su actividad y perspectivas actuales. Por otro lado Nueva etapa en el diálogo entre las organizaciones populares y el feminismo, desanda ese mismo camino poniendo el ojo en la feminización de la crisis social y de la resistencia popular, que abrió una etapa de transformaciones tanto en el movimiento de mujeres y popular como en el feminismo, altamente productiva en términos de la ampliación de derechos en cuanto a la diversidad de géneros y de la transformación de la mirada que nuestra propia sociedad tiene de sí misma. Finalmente, en Una nueva forma de “hacer la América” distintas voces provenientes de organizaciones populares como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, del Grito de los/as excluidos/as de Perú y del Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia responden a Marcha sus puntos de vista sobre el significado del movimiento piquetero argentino, sus desafíos y limitaciones.    
En aquellos tiempos de resistencia, que hoy parecen más lejanos que lo que nos asegura el calendario, una juventud rebelde que no se resignaba al futuro negado se aproximaba a la práctica política desde la solidaridad y el compromiso. Con los pies en el barro se titula la entrevista a Vanina Kosteki, hermana de Maximiliano, y a Alberto Santillán, padre de Darío, en la que recuerdan el significado de esa militancia, sus inicios y sus motivos distintivos, así como también su continuidad hasta el día de hoy.
Darío y Maxi son el emblema máximo de una juventud que hacía política, configurando un hecho tan incontrastable como incómodo para el relato oficialista actual que propone que la juventud se reconcilió con la política recién en el año 2003, cuando Néstor Kirchner accedió a la presidencia. Los símbolos de la juventud militante se mete en ese punto nodal del discurso kirchnerista, con la certeza de que detrás de las afirmaciones autoproclamatorias se encuentra un recorrido mucho más rico, que puede ser repensado y sobre todo proyectado hacia el futuro por caminos insospechados.
Si bien a partir de la lucha de múltiples organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, fueron condenados los responsables materiales de la Masacre, encabezados por el comisario Alfredo Fanchiotti de la Policía bonaerense, los responsables políticos de la represión siguen impunes y, como en el caso de Eduardo Duhalde, incluso fueron candidatos a la presidencia de la Nación en las últimas elecciones. Nuestros muertos es una recopilación trágica de los casos más resonantes de violencia y represión policial o institucional en esta última década. Si la “no represión de la protesta social” fue asumida en el discurso del gobierno nacional justamente tras la Masacre de Avellaneda, este relato cuestiona su alcance y efectividad y promueve una mirada crítica desde el punto de vista de las luchas sociales.
“La crisis causó dos nuevas muertes”, titulaba el principal monopolio mediático del país su edición del 27 de junio de 2002, expresando concretamente lo que se esconde detrás de la retórica de la objetividad periodística y el periodismo independiente. Las palabras de Sebastián Hacher, en aquel momento periodista de Indymedia, retoman en Periodismo desde otro lugar una discusión que dio un salto cualitativo cuando fue presentada en el año 2009 la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
La intervención política y cultural en la Estación Avellaneda del Ferrocarril Roca, rebautizada Estación Darío y Maxi por las organizaciones populares, es el punto de partida de Más allá de los andenes, que explora las recuperaciones simbólicas de las figuras de los dos jóvenes militantes en la práctica de organizaciones sociales, políticas y culturales. Se trata de una dimensión de la Masacre de Avellaneda que no siempre es objeto de una reflexión crítica que permita comprender la importancia de lo simbólico y estético en la proyección de la lucha y del cambio social. También en este sentido Marcha reunió a Miguel Mirra, que acaba de estrenar su documental Darío Santillán. La dignidad rebelde -quien generosamente nos permitió entregar una copia de su película con esta edición de losCuadernos de Marcha- y a Pablo Ferreyra, el hermano de Mariano, quien fuera asesinado por una patota sindical de la Unión Ferroviaria en octubre del año 2010. Este encuentro dio lugar a la entrevista colectiva titulada “Las de Mariano y Darío son historias similares”.
En conclusión, la Masacre de Avellaneda representó un punto de inflexión en el marco de la lucha de clases de nuestro país, lo que la convierte en un episodio a recuperar en sus múltiples significados actuales, como un aporte a la construcción de la transformación social y política de nuestro país. Los invitamos a adentrarse en este primer Cuaderno de Marcha, a recuperar el recorrido de estos diez años, siempre inquietos por el presente que vivimos y el futuro que proyectamos.

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